El Señor se ha ocultado de su pueblo,
pero confío en él y pongo mi esperanza en él.
Isaías 817 (TEV)
Dios es real, sienta lo que sienta.
Es fácil adorar a Dios cuando las cosas van de maravillas en nuestras vidas – cuando
El ha proveído alimento, amigos, familia, salud y situaciones felices. Pero las circunstancias
no son siempre placenteras. ¿Cómo hace para adorar a Dios cuando eso pasa? ¿Qué hace
cuando Dios parece estar a un millón de millas de distancia?
El nivel más profundo de adoración es alabar a Dios a pesar del dolor, darle gracias
durante la prueba, confiar en El cuando es tentado, entregarse a El cuando está sufriendo y
amarlo cuando parece distante.
Las amistades a menudo son probadas por la separación y el silencio; cuando están
separadas por la distancia física o porque no se pueden hablar. En su amistad con Dios, no se
sentirá siempre cercano a El. Phillip Yancey apuntó sabiamente, "Cualquier relación envuelve
tiempos de intimidad y tiempos de distanciamiento y en una relación con Dios, no importa
qué tan íntima sea, el péndulo se mueve de un lado a otro." 1 Ahí es cuando la adoración se
hace difícil.
Para profundizar su amistad, Dios lo prueba con períodos de aparente separación –
tiempos cuando se siente como que si El lo ha abandonado o se ha olvidado de usted. Se siente
como que si Dios está a un millón de millas. San Juan de la Cruz se refirió a estos días de
sequía espiritual, duda y separación de Dios como "la noche oscura del alma." Henri Nouwen
los llamó "el ministerio de la ausencia." A.W. Tozer los llamó "el ministerio de la noche."
Otros se refirieron a ellos como "el invierno del corazón".
Aparte de Jesús, David fue probablemente el que tenía la amistad más intima con Dios
sin par. Dios se complació en llamarlo "un varón conforme a mi corazón." 2 Sin embargo, David frecuentemente se quejaba de la aparente ausencia de Dios: "Señor, ¿por qué estás indiferente y
alejado? ¿Por qué te escondes cuando más te necesito?" 3 "¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué
permaneces tan distante? ¿Por qué ignoras mis sollozos pidiéndote ayuda?" 4 "¿Por qué me has abandonado?"
5
Por supuesto, Dios en realidad no había abandonado a David y El tampoco lo abandonará
a usted. Repetidamente El ha prometido: "Nunca te dejaré ni te abandonaré." 6 Pero
Dios no ha prometido: "Siempre sentirás mi presencia." De hecho, Dios admite que algunas
veces El esconde su rostro de nosotros. 7 Hay tiempos en que parecerá como que se desaparece
completamente de su vida.
Floyd McClung lo describió así: "Se despierta una mañana y todos sus sentimientos
espirituales se le han ido. Usted ora pero no pasa nada. Reprende al diablo pero eso no cambia
nada. Hace sus ejercicios espirituales... le pide a sus amigos que oren por usted... confiesa
todos los pecados que se pueda imaginar y después se va a pedirle perdón a toda persona
que conoce. Se pone a ayunar... y aún así, nada. Comienza a preguntarse cuánto tiempo va a
durar esta depresión espiritual. ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses? ¿Cuándo se va a acabar?... siente
como que si sus oraciones simplemente rebotan del techo. En total desesperación usted solloza,
'¿qué me pasa?'" 8
La verdad es que ¡no hay nada de malo con usted! Es una parte normal de la prueba y
de la profundización de su amistad con Dios. Todo cristiano pasa por esto al menos una vez
en su vida, y usualmente varias veces. Es doloroso y desconcertante, pero es absolutamente
vital para el desarrollo de su fe. Saber esto le dio a Job esperanza cuando no podía sentir la
presencia de Dios en su vida. Él dijo, "Voy hacia el este, pero él no está allí. Voy hacia el oeste, pero
no lo puedo encontrar. No lo veo en el norte porque él está escondido. Me vuelvo al sur pero no lo puedo
encontrar. Pero él sabe dónde voy. Y cuando él me haya probado como oro en el fuego, me pronunciará
inocente." 9
Cuando Dios parece distante, puede que sienta que El está enojado con usted o que lo
está disciplinando por algún pecado. De hecho, el pecado sí nos desconecta de la comunión
íntima con Dios. Entristecemos al Espíritu Santo y apagamos nuestra comunión con El por
medio de la desobediencia, del conflicto con otros, de estar muy ocupados, de la amistad con
el mundo y otros pecados. 10
Pero muy a menudo este sentimiento de abandono o de separación de Dios no tiene
nada que ver con el pecado. Es una prueba de fe – una que todos tenemos que enfrentar: ¿Va
usted a continuar amando, confiando, obedeciendo y adorando a Dios, aún cuando no percibe
Su presencia o tiene evidencia visible que está obrando en su vida?
El error más común que los cristianos cometen hoy en la adoración es que buscan una
experiencia en lugar de buscar a Dios. Buscan un sentimiento, y si ocurre entonces concluyen
que han adorado. ¡Esto es erróneo! De hecho, Dios a menudo remueve nuestros sentimientos para que no dependamos de ellos. Buscar un sentimiento, aún si es el de sentir la cercanía de
Cristo, no es adoración.
Cuando está recién convertido, Dios le da un montón de emociones reafirmadoras y
muchas veces le contesta oraciones inmaduras y egoístas – sólo para que sepa que El existe.
Pero a medida que crece en la fe, El lo va a separar de esas dependencias.
La omnipresencia de Dios y la manifestación de Su presencia son dos cosas diferentes.
La primera es un hecho; la segunda es muchas veces un sentimiento. Dios siempre está presente,
aún cuando esté inconsciente de El, y Su presencia es demasiado profunda para ser
medida por una mera emoción.
Sí, Dios quiere que perciba Su presencia, pero El está más interesado en que confíe en
El que en que lo sienta. Lo que complace a Dios es la fe, no lo sentimientos.
Las situaciones que van a poner a prueba su fe serán esos momentos cuando la vida
se le está derrumbando y no encuentra a Dios por ningún lado. Esto le pasó a Job. En un solo
día lo perdió todo – su familia, sus negocios, su salud y todo de lo que era dueño. Y lo más
deprimente fue que por treinta y siete capítulos, ¡Dios no dijo nada!
¿Cómo alaba a Dios cuando no entiende lo que está pasando en su vida y Dios guarda
silencio? ¿Cómo se mantiene conectado con Dios en una crisis, cuando no hay comunicación?
¿Cómo mantiene sus ojos en Jesús cuando están llenos de lágrimas? Haciendo lo que Job
hizo: "Entonces él cayó al suelo en adoración y dijo: 'Desnudo vine del vientre de mi madre y desnudo
partiré. El Señor dio y el Señor ha quitado; que el nombre del Señor sea alabado.'" 11
Dígale a Dios exactamente cómo se está sintiendo. Derrame su corazón ante Dios.
Desahóguese de cada emoción que está sintiendo. Job hizo esto cuando dijo: "¡No puedo estar
quieto! Estoy enojado y amargado. ¡Tengo que hablar! 12 Cuando Dios parecía distante, él sollozó:
"Oh, por los días cuando estaba en todo mi apogeo, cuando la amistad íntima de Dios bendecía mi casa."
13 Dios puede manejar sus dudas, su enojo, su temor, su dolor, su confusión y sus preguntas.
¿Sabía usted que admitir su falta de esperanza puede ser una declaración de fe? David,
teniendo fe pero sintiendo desesperación al mismo tiempo, escribió: "Yo creí, por lo tanto dije,
'Estoy completamente arruinado.'" 14 Esto suena como una contradicción: confío en Dios, ¡pero
estoy completamente acabado! La franqueza de David en realidad nos revela una fe profunda:
primero, él creyó en Dios. Segundo, él creyó que Dios escucharía su oración. Tercero, él
creyó que Dios le dejaría decir lo que sentía y que aún así Dios lo seguiría amando.
Concéntrese en quién es Dios – en su naturaleza inmutable. Cualesquiera que sean
sus circunstancias y a pesar de cómo se sienta, no deje de asirse del carácter inmutable de
Dios. Recuérdese de lo que sabe que es eternamente verdadero acerca de Dios: El es bueno, El
me ama, El está conmigo, El sabe por lo que estoy pasando, El se interesa en mí y tiene un buen plan para mi vida. V. Raymond Edman dijo, "Nunca dude en la oscuridad lo que Dios
le dijo en la luz."
Cuando la vida de Job se derrumbó, y Dios guardaba silencio, aún así él encontró razones
por las que podía alabar a Dios:
•porque El es bueno y amoroso. 15
•porque El es todopoderoso. 16
•porque El nota cada detalle de mi vida. 17
•porque El está en control. 18
•porque El tiene un plan para mi vida. 19
•porque El me salvará. 20
Confíe que Dios cumplirá sus promesas. Durante tiempos de sequía espiritual, tiene
que depender pacientemente en las promesas de Dios, no en sus emociones, y darse cuenta
que Dios lo está llevando a un nivel más profundo de madurez. Una amistad basada en emociones
es obviamente una relación superficial.
Por lo tanto, no se agite por los problemas. Las circunstancias no pueden cambiar el
carácter de Dios. La gracia de Dios todavía sigue en todo su vigor; El sigue estando de su lado,
aún cuando no lo sienta. En la ausencia de circunstancias positivas, Job se aferró de la Palabra
de Dios. El dijo, "No me he apartado de los mandamientos de sus labios; he atesorado las palabras de
su boca más que mi pan diario." 22
Esta confianza en la Palabra de Dios causó que Job permaneciera fiel aún cuando nada
parecía tener sentido. Su fe era fuerte aún en medio del dolor: "Dios me puede matar, pero aún
así confiaré en él." 22
Cuando se siente abandonado por Dios y aún así continúa confiando en El a pesar de
sus sentimientos, lo adora de la manera más profunda.
Recuerde lo que Dios ya hizo por usted. Si Dios nunca hiciera nada más por usted,
aún así, El se merecería su alabanza continua por el resto de su vida debido a lo que Jesús
hizo por usted en la cruz. ¡El Hijo de Dios murió por usted! Esta es la mayor razón para adorarle.
Desdichadamente, nos olvidamos de los crueles detalles del agonizante sacrificio que
Dios hizo por nosotros. La familiaridad genera la complacencia. Aún antes de su crucifixión,
el Hijo de Dios fue despojado de sus ropas; lo golpearon hasta dejarlo irreconocible; le dieron
azotes; fue insultado y se burlaron de El; le pusieron una corona de espinas; y le faltaron al
respeto cuando lo escupieron. Abusado y ridiculizado por hombres crueles, fue tratado peor
que un animal.
Después, estando casi inconsciente debido a su pérdida de sangre, fue forzado a arrastrar
una cruz incómoda hasta lo alto de un monte, fue clavado a ella y fue dejado que sufriera
la lenta y extremadamente dolorosa tortura a muerte de la crucifixión. Mientras su sangre se derramaba, habían personas que le gritaban insultos y hacían bromas de su dolor y retaban
su declaración de ser Dios.
Y después de eso, una vez que Jesús había tomado el pecado y la culpa de toda la
humanidad sobre sí mismo, Dios apartó la mirada de tan horrenda situación, y Jesús sollozó
en total desesperación, "Mi Dios, mi Dios, ¿por qué tú me has abandonado?" Jesús pudo
haberse salvado a sí mismo – pero entonces no hubiera podido salvarlo a usted.
Palabras no pueden describir la negrura de este momento. ¿Por qué Dios permitió y
aguantó un maltrato tan espantoso y malvado? ¿Por qué? Para que usted pudiera ser eximido
de pasar la eternidad en el infierno, ¡y para que usted pudiera compartir de Su gloria para
siempre! La Biblia dice, "Cristo era sin pecado, pero para nuestro beneficio Dios lo hizo compartir
nuestro pecado para que en unión con él pudiéramos compartir la rectitud de Dios." 23
Jesús lo dio todo para que usted pudiera tenerlo todo. El murió para que usted pudiera
vivir para siempre. Sólo esto es suficiente para que Dios se merezca que usted le dé las gracias
y que lo alabe continuamente. Nunca jamás debería de preguntarse porqué tiene que estar
agradecido con Dios.
Día Catorce
Pensando En Mi Propósito
Un Punto Para Reflexionar: Dios es real, sienta lo que sienta.
Un Versículo Para Recordar: "Porque Dios ha dicho, 'Nunca te dejaré; nunca te abandonaré.'"
Hebreos 135 (TEV)
Una Pregunta Para Considerar: ¿Cómo puedo mantenerme concentrado en la presencia de
Dios, especialmente cuando lo siento distante?
Notas
1. Phillip Yancey, Reaching For The Invisible God [Buscando Al
Dios Invisible] (Grand Rapids: Zondervan, 2000), 242.
2. 1 Samuel 13: 14; Hechos 13:22
3. Salmo 10: 1 (LB).
4. Salmo 22: 1 (NLT).
5. Salmo 43: 2 (TEV); ver también Salmo 44: 23 (TEV); 74: 11
(TEV); 88: 14 (Msg); 89: 49 (LB).
6. Deuteronomio 31: 8; Salmo 37: 28; Juan 14: 16-18; Hebreos 13:
5.
7. Isaías 45: 15
8. Floyd McClung, Finding Friendship with God [Encontrando La
Amistad Con Dios] (Ann Arbor,MI: Vine Books, 1992), 186.
9. Job 23: 8-10 (NLT).
10. Salmo 51; Efesios 4: 29-30; 1 Tesalonicenses 5: 19; Jeremías 2:
32; 1 Corintios 8: 12; Santiago 4: 4 (NLT).
11. Job 1: 20-21 (NIV).
12. Job 7: 11 (TEV).
13. Job 29: 4 (NIV).
14. Salmo 116: 10 (NCV).
15. Job 10: 12.
16. Job 42: 2; 37: 5, 23.
17. Job 23: 10; 31: 4.
18. Job 34: 13.
19. Job 23: 14.
20. Job 19: 25.
21. Job 23: 12 (NIV).
22. Job 13: 15 (CEV).
23. 2 Corintios 5: 21 (TEV).
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