“Le escribí las grandezas de mi
ley, y fueron tenidas por cosa extraña” Oseas 8:12 RV
No es menor prueba de su amor y
misericordia que El Creador del Universo escribiera su voluntad en un libro
llamado La Biblia. Perfectamente podría haber mirado a otro lado y seguir su
vida sin ocuparse del hombre y su permanente desobediencia, pero en vez de
ello, escribió con generosidad y bondad este libro.
¿Y que es La Biblia? No es acaso la
voluntad de Dios.
Pero parece que Efraín, absorto
en si mismo, considera que la voluntad de Dios es poca cosa. Algo indigno de
llamar su atención. Y si todos subiéramos al monte más alto de la tierra,
¿hallaríamos algo más grandioso que este libro? ciertamente que NO. Pero aun
así dice Dios “mis palabras les fueron
cosa ajena”.
Cuantos “cristianos” tienen por poco La Biblia, que no le dedican tiempo a su lectura. Como si quisieran con ese acto escapar de la soberanía de Dios, y la verdad es que no existe una sola persona sobre la cual no se posen los ojos de Dios. Nuestros actos más secretos les son conocidos. Cualquier cosa que hagamos (y que no hagamos también), que soportemos o suframos, todo, todo es conocido por Dios. Y en este mismo momento sus ojos están sobre ti y casi mi corazón alcanza a ver una sonrisa en su rostro. ¿Por qué? Porque estas haciendo su bendita voluntad, estudiando su palabra.
Cuantos “cristianos” tienen por poco La Biblia, que no le dedican tiempo a su lectura. Como si quisieran con ese acto escapar de la soberanía de Dios, y la verdad es que no existe una sola persona sobre la cual no se posen los ojos de Dios. Nuestros actos más secretos les son conocidos. Cualquier cosa que hagamos (y que no hagamos también), que soportemos o suframos, todo, todo es conocido por Dios. Y en este mismo momento sus ojos están sobre ti y casi mi corazón alcanza a ver una sonrisa en su rostro. ¿Por qué? Porque estas haciendo su bendita voluntad, estudiando su palabra.
Cuan grande es la misericordia de
Dios, que mil veces (solo el día de hoy) tendría todo el derecho de hacer
juicio y justicia ahora mismo y terminar con la maldad de una vez. Pero Dios no
es hombre para no cumplir su palabra ¿verdad?, y no puede negarse a si mismo. Él se mantiene fiel a sus promesas, y que hace la mayoría de los “cristianos” con
estas promesas, son “tenidas por cosa extraña”.
Y a pesar de todo, Dios sigue
interesado en el hombre, por cuanto dice “Les escribí las grandezas de mi ley”,
y prueba de ello es: ¿no fue acaso Dios mismo quien se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres?, pero para muchos, eso
también es “una cosa extraña”.
Sobre este bendito libro es que
trata este estudio, pero ciertamente no alcanzaremos a dimensionar su grandeza
en este tiempo. Necesitaríamos toda la eternidad para ello.
Tres cosas interesantes vamos a
revisar y las tres se encuentran en el pasaje que hemos escogido: Su autor “Le
Escribí”. Sus temas “Las grandezas de la Ley de Dios”. Nuestro tratamiento “fueron
tenidas por la mayoría de los hombres por cosa extraña”:
1. Su
autor, “Le Escribí”: El texto dice que fue Dios mismo quien lo hizo. Al leerla
vemos todos esos libros compilados, del Genesis al Apocalipsis, escritos por personas que no todas se
conocieron entre si, personas de diferentes clases sociales, nacionalidades, en
un periodo de mas de mil años. Todos hablando de un solo tema: El plan de Dios
para el hombre. ¿Podemos adjudicarle a alguno de los autores la paternidad de
La Biblia? Ciertamente no podemos. ¿Hay algún otro libro que se le compare en belleza,
sabiduría, diversidad, unidad y poder? no, no lo hay, ¿hay algún libro que haya cambiado el
corazón de más personas en la historia del hombre? tampoco lo hay, ¿hay algún libro más
atacado que y produzca más divisiones? ninguno. Ni todos los poetas del mundo juntos podrían
igualar la belleza de los Salmos ¿verdad?. ¿Es posible que el intelecto humano
fuera capaz de inventar tan nobles conceptos como: el amor, el perdón, la
redención, la vida eterna, la creación del universo, Dios, Jesús, Espíritu
Santo? Si alguien dice ser cristiano, entiende que La Biblia no necesita ser
defendida con argumentos de sabiduría humana. Muchos han tratado de destruir
este libro y solo se han tropezado con sus pobres argumentos. Pero tal vez el
mayor peligro que enfrentan las escrituras no sean sus enemigos, sino los mismos “cristianos” que no la leen y que
predican “el evangelio según YO”.
2. Sus
temas, “Las grandezas de la Ley de Dios”: La Biblia solo habla de grandes cosas
y cosas grandiosas. No hay nada en La Biblia que no sea importante, cada
versículo contiene una riqueza reservada solo para algunos. Algunas personas
creen que no importa la doctrina que uno crea, mientras ame a Dios, es
suficiente para ser “buen cristiano”, eso no es lo que enseña La Biblia. Otras
personas creen que todos los “caminos” llevan al cielo, eso tampoco lo enseña
La Biblia. Nunca menosprecie el valor de La Palabra de Dios y las cosas
grandiosas que en ella puede encontrar. Nunca diga “ese versículo no están
importante”. Si está escrito ¡es importante¡
3. Nuestro
tratamiento, “fueron tenidas por la mayoría de los hombres por cosa extraña”:
¿Qué es una cosa extraña?, algo ajeno. Para muchas personas, La Palabra de Dios
es “algo ajeno” a sus vidas. Cuanta gente sabe más de futbol o farándula que de
La Biblia, ¿por qué?, porque es algo ajeno a su mundo. Pero, ¿podríamos culpar
al “mundo” por su falta de interés en La Palabra de Dios?, ciertamente no podemos, pero ¿que
podemos decir de los llamados “cristianos” que no la leen? Cuanta gente vive
una triste vida sin nunca haber probado de verdad este sustancioso alimento. Acaso
¿no está escrito que: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de
Dios? Ciertamente es mejor considerarse un completo ignorante en La Palabra de Dios que auto
convencerse que ya sabemos suficiente.
¿Amas de verdad La Biblia? o no
encuentras nada interesante en ella para ti. ¿Sabes por qué pasa eso?, porqué
los ciegos no pueden ver. Pero, si por el contrario, al leer La Biblia logras ver
su belleza y poder, es porque tus ojos han sido abiertos.
Hermanos, no menosprecien este
tesoro, léanla, escudríñenla, venga a ella.
Tal vez este estudio ha dejado al descubierto un gran pecado. Y si producto de ello ha venido arrepentimiento a
tu corazón, ¡Gloria a Dios por ello!
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