miércoles, 8 de diciembre de 2010

Semana 35: El poder de Dios en mi debilidad

Somos débiles... sin embargo por el poder de
Dios viviremos con él para servirlos a ustedes.
2 Corintios 134 (NIV)

Estoy contigo; eso es todo lo que necesitas.
Mi poder se manifiesta más en gente débil.
2 Corintios 129a (LB)

Dios se deleita en usar a las personas débiles.
Todos tenemos debilidades. De hecho, usted tiene su lista de defectos e imperfecciones
físicas, emocionales, intelectuales y espirituales. Es probable que tenga circunstancias incontrolables
que le debiliten, tales como limitaciones financieras o relacionales. El asunto más
importante es qué hace con esas circunstancias. Usualmente negamos nuestras debilidades,
las defendemos, las excusamos, las escondemos y las resentimos. Esto previene que Dios las
use de la manera que El desea.
Dios tiene una perspectiva diferente de nuestras debilidades. El dice, “Mis pensamientos
y mis caminos son más elevados que los de ustedes,” 1 por tanto a menudo El actúa en maneras
que son exactamente opuestas a las que esperamos. Pensamos que Dios sólo quiere usar
nuestras fortalezas, pero El también quiere usar nuestras debilidades para su gloria.
La Biblia dice, “Dios escogió deliberadamente... lo que el mundo considera débil, para avergonzar
a los fuertes.” 2 Sus debilidades no son un accidente. Deliberadamente Dios las permitió
en su vida con el propósito de demostrar Su poder a través de usted.
Dios nunca se ha impresionado con la fuerza o la autosuficiencia. De hecho, a El lo
atraen personas que son débiles y que lo admiten. Jesús consideró este reconocimiento de
nuestra necesidad, como ser “pobre en espíritu.” Es la actitud número uno que Dios bendice. 3
La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios se deleita en usar a personas imperfectas
y ordinarias para hacer cosas extraordinarias a pesar de sus debilidades. Si Dios sólo usara a
personas perfectas, nunca se haría nada porque ninguno de nosotros es sin defecto. El hecho
que Dios usa a personas imperfectas es muy alentador para todos nosotros.
Una debilidad, o “un aguijón,”como lo llamó Pablo, 4 no se trata de un pecado o un vicio
o un defecto de carácter que se puede cambiar como la gula o la impaciencia. Una debilidad
es cualquier limitación que heredó o que no tiene poder para cambiar. Puede ser una limitación
física, como un impedimento, una enfermedad crónica, tener una bajo nivel de energía
nato o una discapacidad. Puede ser una limitación emocional, tal como la cicatriz de un
trauma, una memoria dolorosa, una idiosincrasia de personalidad o una disposición hereditaria.
O puede ser una limitación intelectual o de talentos. No todos somos super inteligentes o
talentosos.
Cuando piensa en la limitación en su vida, quizá se sienta tentado a concluir, “Dios
nunca podría usarme.” Pero Dios jamás es limitado por nuestras limitaciones. De hecho, El se
deleita en poner Su gran poder en vasos ordinarios. La Biblia dice, “Somos como vasos de barro
en los que este tesoro ha sido puesto. El poder verdadero viene de Dios y no de nosotros.” 5 Como vasos
de barro, somos frágiles, con defectos y nos quebramos fácilmente. Pero Dios nos usará si
le permitimos que trabaje por medio de nuestras debilidades. Para que eso ocurra, tenemos
que seguir el modelo de Pablo.
Admita sus debilidades. Acepte sus imperfecciones. Deje de pretender que lo tiene
todo bajo control y sea franco con usted mismo. En lugar de vivir en negación o de dar excusas,
tómese el tiempo para identificar sus debilidades personales. Quizá quiera hacerse una
lista de ellas.
Dos grandes confesiones en el Nuevo Testamento ilustran lo que necesitamos para vivir
saludablemente. La primera fue la de Pedro, quien dijo a Jesús, “Tú eres el Cristo, el hijo del
Dios vivo.” 6 La segunda confesión fue la de Pablo, quien le dijo a una multitud que literalmente
lo estaba adorando, “Sólo somos seres humanos como ustedes.” 7 Si quiere que Dios lo use,
tiene que saber quién es Dios y tiene que saber quién es usted. Muchos cristianos, especialmente
los líderes, se olvidan de la segunda verdad: ¡Sólo somos humanos! Si es necesario que
pase por una crisis para admitir esto, Dios no vacilará en permitirla porque El lo ama.
Conténtese con sus debilidades. Pablo dijo, “Estoy alegre de gloriarme en mis debilidades,
para que el poder de Cristo trabaje por medio de mí. Como sé que todo es para el bien de Cristo, estoy
muy contento con mis debilidades.” 8 A primera vista, esto no tiene sentido. Queremos ser libres
de nuestras debilidades, ¡no estar contentos con ellas! Pero estar contento es una expresión de
fe en la bondad de Dios. Lo que dice es, “Dios, creo que me amas y creo que sabes qué es lo
mejor para mí.”
Pablo nos da varias razones para estar contentos con nuestras debilidades natas. Pri mero, nos causan que dependamos en Dios. Refiriéndose a su propia debilidad, la cual Dios
rehusó quitarle, Pablo dijo, “Estoy muy feliz acerca del ‘aguijón’... porque cuando soy débil, entonces
soy fuerte – mientras menos tenga, más dependo de él.” 9 Cuando sea que se sienta débil, Dios
le está recordando que dependa de El.
Nuestras debilidades también nos previenen de la arrogancia. Nos mantienen humildes.
Pablo dijo, “Para que nada se me subiera a la cabeza, se me dio un impedimento para mantenerme
en constante contacto con mis limitaciones.” 10 A menudo Dios junta una gran debilidad con
una gran fortaleza para mantener nuestros egos bajo control. Una limitación puede actuar
como un regulador para prevenirnos de que vayamos muy rápido y de que nos adelantemos
a Dios.
Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32,000 soldados para pelear contra los madianitas,
Dios lo redujo a 300, haciendo las probabilidades de victoria 450 a 1 cuando fueron a pelear
contra 135,000 soldados enemigos. Parecía ser un plan para el desastre, pero Dios lo hizo
para que Israel supiera que fue el poder de Dios, no su propia fuerza, lo que lo salvó.
Nuestras debilidades también nos motivan a tener comunión con otros creyentes.
Mientras que la fortaleza genera un espíritu independiente (“No necesito a nadie”), nuestras
limitaciones muestran cuánto nos necesitamos los unos a otros. Cuando juntos entretejemos
los hilos débiles de nuestras vidas, se crea una cuerda de gran fuerza. Vance Havner dijo
humorosamente, “Los cristianos, como copos de nieve son frágiles; pero cuando se juntan
pueden parar el tráfico.”
Más que todo, nuestras debilidades aumentan nuestra capacidad para sentir simpatía
y para ministrar. Nos sentimos más inclinados a ser compasivos y considerados de las debilidades
de otros. Dios quiere que tenga un ministerio que refleje a Cristo en la tierra. Esto significa
que otras personas van a encontrar sanación por medio de las heridas que ha sufrido.
Sus mensajes de vida más impactantes y su ministerio de más efectividad procederán de sus
heridas más profundas. Las cosas que más lo apenan, las que más lo avergüenzan y las que
más duda en compartir son las herramientas exactas que Dios puede usar más poderosamente
para sanar a otros.
El gran misionero Hudson Taylor dijo, “Todos los gigantes de Dios eran personas débiles.”
La debilidad de Moisés era su enojo. Lo condujo a que matara a un egipcio, que golpeara
la roca cuando estaba supuesto a sólo hablarle y que quebrara las tablas de los Diez
Mandamientos. Sin embargo, Dios transformó a Moisés en el hombre más humilde de la tierra.
11
La debilidad de Gedeón era su poca autoestima y sus profundas inseguridades, pero
Dios lo transformó en un hombre poderoso y valiente. 12 La debilidad de Abraham era el temor.
No una vez, sino dos veces, dijo que su esposa era su hermana para protegerse. Pero
Dios transformó a Abraham en el padre de todos los que tienen fe. 13 Impulsivo y de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una roca”14; David, el adúltero, se convirtió en un hombre conforme
al corazón de Dios, 15 y Juan, uno de los arrogantes “Hijos Del Trueno”se convirtió en
el “Apóstol Del Amor.”
Y la lista podría continuar. “Tomaría mucho tiempo hablarles de las historias de fe de... Barac,
Sansón, Jefté, David, Samuel y de todos los profetas... sus debilidades fueron convertidas en fortalezas.”
16 Dios se especializa en convertir debilidades en fortalezas. El quiere tomar su mayor
debilidad y transformarla.
Comparta francamente sus debilidades. El ministerio comienza con la vulnerabilidad.
Cuanto más baje su guardia, se quite su máscara y comparta sus luchas, Dios será más capaz
de usarlo en servir a otros.
Pablo modeló la vulnerabilidad en todas sus cartas. El compartió abiertamente:
•Sus fracasos: “Cuando quiero hacer el bien, no lo hago, y cuando trato de no hacer el mal,
de todas maneras lo hago.” 17
•Sus sentimientos: “Les he dicho todos mis sentimientos.” 18
•Sus frustraciones: “Fuimos aplastados y completamente abrumados y pensamos que nunca
saldríamos vivos.” 19
•Sus temores: “Cuando vine a ustedes, me sentía débil y atemorizado y tembloroso.” 20
Por supuesto que ser vulnerable es un riesgo. Puede ser aterrador bajar sus defensas y
abrir su vida a otros. Cuando revela sus fracasos, sus sentimientos, sus frustraciones y sus
temores, se está arriesgando a que lo rechacen. Pero los beneficios hacen que valga la pena
arriesgarse. La vulnerabilidad es emocionalmente liberadora. Abrirse le quita el estrés, neutraliza
sus temores y es el primer paso a la libertad.
Ya hemos visto que Dios “le da gracia al humilde,” pero muchos mal interpretan la
humildad. La humildad no es menospreciarse a sí mismo o negar sus fortalezas; es ser franco
acerca de sus debilidades. Cuanto más franco sea, más recibirá la gracia de Dios. Recibirá
también de la gracia de otros. La vulnerabilidad es una cualidad que atrae; nos sentimos
atraídos naturalmente a personas humildes. La pretensión repele pero la autenticidad atrae, y
la vulnerabilidad es el camino a la intimidad.
Por eso es que Dios quiere usar sus debilidades, no sólo sus fortalezas. Si todo lo que
la gente ve son sus fortalezas, se desanimarán y pensarán, “Bueno, eso está bien para él, pero
yo nunca seré capaz de hacer eso.” Pero cuando ven a Dios usándolo a pesar de sus debilidades,
los anima a pensar, “¡Tal vez Dios puede usarme!” Nuestras fortalezas crean competencia,
pero nuestras debilidades crean comunidad.
Va a llegar un momento en su vida en que tendrá que decidir si quiere impresionar a las
personas o las quiere influenciar. Puede impresionar a las personas desde la distancia; pero tiene que acercárseles para influenciarlas, y cuando haga eso, podrán ver sus defectos. Y eso
está bien. La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección sino la credibilidad. Las
personas tienen que ser capaces de confiar en usted o no lo seguirán. ¿Cómo puede aumentar
su credibilidad? No pretendiendo ser perfecto sino siendo franco.
Gloríese de sus debilidades. Pablo dijo, “Voy a gloriarme sólo de lo débil que soy y de qué
tan grande que es Dios para usar tanta debilidad para su gloria.” 21 En lugar de proyectarse como
una persona segura de sí misma e invencible, véase como un trofeo de la gracia de Dios.
Cuando Satanás le apunte sus debilidades, no lo contradiga sino que llene su corazón de alabanza
para Jesús, que “entiende cada debilidad de nosotros,” 22 y para el Espíritu Santo, que nos
“ayuda en nuestras debilidades.” 23
Algunas veces, sin embargo, Dios convierte una fortaleza en una debilidad para usarnos
aún más. Jacob era un manipulador que se pasó haciendo tramas y después huía de las
consecuencias. Una noche luchó con Dios y le dijo, “No te dejaré ir hasta que me bendigas.”
Dios dijo, “Está bien,” pero después agarró el músculo de Jacob y le dislocó su cadera. ¿Cuál
es el significado de eso?
Dios tocó la fuerza de Jacob (el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo) y lo
convirtió en una debilidad. Desde ese día en adelante, Jacob caminó cojeando de manera que
nunca más se correría de nada. Lo forzó a depender en Dios le gustara o no. Si quiere que
Dios lo bendiga y lo use grandemente, tiene que estar dispuesto a caminar cojeando por el
resto de su vida, porque Dios usa a personas débiles.

Día Treinta Y Cinco
Pensando En Mi Propósito

Un Punto Para Reflexionar: Dios trabaja mejor cuando admito mi debilidad.
Un Versículo Para Recordar: "Mi gracia es suficiente para ti, mi poder es hecho perfecto en la debilidad."
2 Corintios 129a (NIV)
Una Pregunta Para Considerar: ¿Estoy limitando el poder de Dios en mi vida al tratar de esconder
mis debilidades? ¿En qué necesito ser transparente para que pueda ayudar a otros?

Notas
1. Isaías 55: 9 (CEV).
2. 1 Corintios 1: 27 (TEV).
3. Mateo 5: 3.
4. 2 Corintios 12: 7.
5. 2 Corintios 4: 7 (CEV).
6. Mateo 16:16 (NIV).
7. Hechos 14: 15 (NCV).
8. 2 Corintios 12: 9-10ª (NLT).
9. 2 Corintios 12: 10 (LB).
10. 2 Corintios 12: 7 (Msg).
11. Números 12: 3.
12. Jueces 6: 12 (KJV).
13. Romanos 4:11 (NLT).
14. Mateo 16:18 (TEV).
15. Hechos 13:22 (NLT).
16. Hebreos 11: 32-34 (NLT).
17. Romanos 7:19 (NLT).
18. 2 Corintios 6:11 (LB).
19. 2 Corintios 1: 8 (NLT).
20. 1 Corintios 2: 3 (NCV).
21. 2 Corintios 12: 5b (LB).
22. Hebreos 4: 1ª (CEV).
23. Romanos 8:26ª (NIV).

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