lunes, 13 de agosto de 2012

Jesús nunca Menospreció a otros


Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.” (1 Corintios 1:26)

Jesús nunca menospreció a otros, y eso le dio la habilidad de verlos como personas. No fueron usuarios, consumidores o clientes. Eran personas con necesidad de relacionarse con Él, no con una religión de haz esto y no hagas aquello.

Una vez que entendemos nuestra identidad en Cristo, vamos a comenzar a ver a las personas de la misma manera. Veremos que son seres eternos, creados a la imagen de Dios. Ya no utilizaremos sus circunstancias o sus pecados para definir quienes son; veremos quienes son a través de los ojos de Jesús.

Esta perspectiva, tan diferente de nuestras tendencias naturales, hizo surgir lo mejor en las personas que se encontraron con Jesús. El vio su verdadero valor, y como resultado, ellos conocieron su verdadero valor.

Considera:

  • Jesús vio a una mujer que no pecaría más cuando otros vieron a una mujer atrapada en adulterio.
  • Jesús vio a un hombre capaz de ver cuando los otros vieron a un hombre ciego.
  • Jesús vio a un hombre que levantaba su cama y caminaba cuando otros vieron a un lisiado.
  • Jesús vio un corazón dolido cuando otros vieron a un pequeño hombre llamado Zaqueo.
  • Jesús vio a un discípulo cuando otros vieron a un cobrador de impuestos llamado Mateo.
  • Jesús vio a una mujer con voluntad de sacrificio cuando otros vieron perfume desperdiciado.
  • Jesús vio una roca estable para edificar la Iglesia cuando otros vieron a un discípulo impetuoso e impulsivo llamado Pedro.
  • Jesús vio hombres que no sabían lo que hacían cuando otros vieron hombres malos clavando clavos en la cruz.

Nuestro objetivo es dejar a ver a otros desde nuestro limitado punto de vista y comenzar a verlos de la manera que Dios los ve, alentando lo mejor en los otros, llevándolos a aquel que desea más que nada en el mundo lo que es mejor para ellos – Cristo el Señor (Lucas 2:8-10)

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