Leer | 1
PEDRO 2.9-12
4 de
febrero de 2013
¿Qué término
describe mejor su vida como cristiano: creyente
o seguidor de Cristo? Un creyente puede creer en ciertas cosas, sin
necesidad de ponerlas en práctica. Pero decir: “Soy seguidor de Jesucristo”
enrumba la vida en un solo camino.
¿Cómo podemos
seguir el camino al que Dios nos llama? Primero, debemos creer en Él (Jn 14.1),
porque no seguiremos a alguien si no creemos en esa persona. La fe crece a
medida que permanecemos en Cristo y descubrimos la hermosura de su carácter, la
profundidad de su amor y la perfección de su plan.
Segundo,
seguir significa obedecer
al Señor (Jn 14.15). Cuando se trata de obedecer a Dios, solo hay dos
respuestas: lo haré o no lo haré. Un verdadero seguidor de Jesucristo combina
la fe con la obediencia, y se esforzará en decir “Sí, lo haré”, aunque algo sea
difícil. “Sí, lo haré”, cuando sea impopular, y “Sí, lo haré”, aunque eso pueda
causarle dolor o sufrimiento.
Por último,
seguir significa servir
a Jesucristo. Como hijos de Dios, no debemos ser simplemente observadores;
debemos participar activamente en la obra del Señor. Los espectadores se
sientan para ver, pero hemos sido llamados a usar nuestros dones espirituales y
a servir todo el tiempo. En el cuerpo de Cristo, cada miembro, hombre o mujer,
está llamado a hacer su parte (1 Co 12.27, 18).
Jesucristo
confió en su Padre por completo, lo obedeció sacrificialmente (Fil 2.8) y tuvo
una vida de servicio (Mt 20.28). Estamos llamados a imitarlo. ¿En cuál de estos
aspectos necesita usted seguir a Cristo más de cerca? Pídale al Espíritu Santo
que le dé el corazón de un siervo obediente.
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