viernes, 27 de enero de 2012

No basta solo leer - Hay que recibir la Palabra de Dios


"Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos." (Santiago 1:21 DHH)
Nosotros deberíamos escuchar la Palabra de Dios con una actitud abierta, receptiva y luego aceptarla en nuestro corazón. La parábola del sembrador ilustra cómo nuestra receptividad determinara si la Palabra de Dios se arraiga en nuestra vida y da fruto. Jesús identificó tres actitudes poco receptivas - una mente cerrada (suelo duro), una mente superficial (suelo poco profundo), y una mente distraída (el suelo con malas hierbas) - y luego dijo: "Por tanto, tened cuidado de cómo oís," (Lucas 8:18 a BLA).

Si en alguna predicación o sermón, encuentra que no está aprendiendo nada, usted debe revisar su actitud, sobre todo ya que este es el primer indicador de soberbia en nuestro corazón, ya que Dios puede hablar incluso a través del profesor más aburrido cuando se es humilde y receptivo. Santiago aconseja: "recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas." (Santiago 1:21 b BLA).

Hable con su pastor de este tema.

Piense en cómo su orgullo podría haber afectado recientemente su actitud frente a un mensaje o mensajero.
Pídale a Dios que le ayudarán a tener una actitud más humilde con sus mensajeros.
¿Cuáles son algunas de las distracciones que le impiden ser receptivo a la Palabra de Dios?

por Rick Warren

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