Leer | MATEO
14.22-33
Dios nos está
llamando —a sus hijos— a aceptar ciertos riegos. Quiere que dejemos de ir a lo
seguro, y dar un paso de obediencia. Aunque hacerlo crea incertidumbre en la
vida, hay algunas cosas de las que podemos estar seguros.
- Seremos desafiados. Ya sea mediante unas relaciones complejas, un trabajo
difícil o unas situaciones que requerirán tener más fe, Dios nos
ensanchará espiritualmente. Al aceptar riesgos podemos sentir dudas,
indecisión y temores. O, podemos pensar que somos ineptos o incompetentes.
Pero no son razones para decir “no” a una tarea que Dios nos dé, sino
oportunidades para confiar en el Señor.
- Podemos contar con la presencia del Señor. Es imposible que los creyentes vivan siquiera un día
sin la presencia de Dios (He 13.5). La relación que tenemos con Él por
medio de Jesucristo es permanente. El amor que nos tiene nuestro Padre
celestial es firme y profundo, y sus promesas son seguras. Cuando Él nos
pide que nos aventuremos a salir de nuestra agradable rutina, podemos
obedecer porque Él está a nuestro lado.
- El poder del Espíritu Santo está con nosotros. El Espíritu de Dios vive dentro de cada creyente, y nos
da el poder para tener la victoria. Cuando desmayamos, Él nos fortalece.
Cuando tropezamos, Él nos sostiene. Y cuando caemos, Él nos levanta.