Leer | SALMO
40.16
29 de
enero de 2013
Aunque
algunas personas usan las palabras felicidad
y gozo como
sinónimos, hay una inmensa diferencia en su significado. La primera depende
totalmente de las circunstancias. En cambio, el gozo es un regalo de Dios que
hace posible que los creyentes encuentren paz y esperanza, incluso cuando la
vida se les esté viniendo abajo.
Sin embargo,
hay tiempos en que los cristianos viven sin gozo. Por supuesto, la conducta
pecaminosa es una razón. Pero también puede haber otras razones, entre ellas el
remordimiento por los errores del pasado, el temor a futuras calamidades, o un
patrón de descontento arraigado en nuestra personalidad.
Si usted
sigue a Jesús, pero carece de gozo, dedique un momento para recordar quién es
Cristo, y quién es usted en Él. Para comenzar, tiene la salvación eterna, y su
nombre está escrito en el libro de la vida del Cordero. El amor del
todopoderoso es incondicional, y el Espíritu que mora en usted nunca le
abandonará. Él sabe todo lo que usted enfrenta, y promete proveer para sus
necesidades.
Si usted se
detiene a pensar en las maravillosas bendiciones que tiene en Cristo, lo más
probable es que la gratitud le abrumará. Es posible que todavía sienta tristeza
por sus circunstancias, pero el gozo del Señor le sostendrá aun en medio del
dolor más profundo.
¿Le
sostiene el gozo del Señor, tanto en los buenos como en los malos tiempos? ¿O
las pruebas le dejan sentimientos de desánimo y descontento? Nuestro Padre
celestial nos ofrece la fortaleza para soportar. Recuerde siempre el inmenso
tesoro que tiene en Él y en sus promesas.
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