lunes, 22 de julio de 2013

Exhortación a la perseverancia


Autor: Lenin Balbiano Nasiff

Texto bíblico: Hebreos  12: 1-29

Propósito: Conocer la  carrera que debemos correr y cómo debemos correrla,  advertir contra el abandono  de la carrera  y advertir a no desechar el mensaje divino ni al que lo entrega. Hacer un llamado a soportar la disciplina de Dios y una exhortación a la conducta cristiana

1.- ¿Cómo correr la carrera?

2.- Advertencias contra el abandono de la carrera

3.- Advertencias a no desechar al que habla.

Introducción:

 Contexto histórico y bíblico:

 Como ya hemos dicho  en otra ocasión, aunque algunos atribuyen la autoría del libro de Hebreos al  apóstol Pablo, otros a Lucas, Apolos, Bernabé, Silas, Felipe, Aquila o Priscila,  la verdadera identidad del autor sigue siendo un enigma, pero al margen de quién haya escrito el texto, como hijos de Dios  creemos fielmente que fue el Espíritu Santo de Dios,  el divino autor de toda la Escritura tal como lo indica (2 Timoteo 3:16). Por lo tanto, el  libro de Hebreos posee  la misma autoridad canónica que los otros sesenta y cinco libros de la Biblia

La fecha exacta de la escritura del libro no se ha definido, pero basándose en  una evidencia interna como el hecho de que Timoteo estaba vivo  en ese tiempo  y la ausencia de cualquier evidencia que mostrara el fin del sistema sacrificial del Antiguo Testamento que ocurrió con la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., se supone que el libro fue escrito aproximadamente entre el año 65 y 70  d.C.

El libro de Hebreos fue escrito para los creyentes hebreos, no sólo para los de raza sino los que heredaron la promesa también es decir a los judíos convertidos al cristianismo  y a los gentiles de ese tiempo  y de todos los venideros. El propósito era enseñarles  a  no comportarse o seguir  los rituales dela ley judía pues muchos de los primeros judíos creyentes, estaban volviendo a caer en los ritos y rituales del judaísmo, a fin de escapar de la creciente persecución. Esta carta es una exhortación para que estos creyentes perseguidos continuaran y permanecieran firmes  en la gracia y la fe de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto todos los destinatarios, no deberían exhibir o tener la menor duda de la gracia recibida y menos pensar en volver ya fuera a los sacrificios antiguos del judaísmo o a los del paganismo. Todos los héroes de la fe fueron un preámbulo del verdadero ejemplo de la fe, pero ahora existe un mejor ejemplo a imitar, uno  más perfecto y superior que es Cristo. Su vida y sufrimiento le han dado el  merecido título de Autor  y consumador de la Fe.

 

1.-  ¿Cómo correr la carrera? (Hebreos 12:1-17)

Palabras destacadas:

1.1.- Testigos (He 12:1) Del griego (µαρτυρων) martyron = Uno que ha visto, oído y realizado algo mientras sufre al mismo tiempo. Nos explica el concepto de experto bien calificado para emitir una opinión, calificación o juicio respecto de un tema particular.  Estos testigos son los héroes de la fe que la biblia nos enseña.

1.2.-  Peso (He 12:1) Del griego (ογκον) onkos= Se refiere a un bulto o masa cuyo peso se puede sentir. La preocupación del corredor griego no era solo si algo era moral o inmoral sino como eso afectaría su carrera.  De igual forma los creyentes debemos no sólo conducirnos bajo la disyuntiva de la moralidad de nuestros actos, sino de su trascendencia y efectos en nuestras vidas.

1.3.-Carrera (He 12:1) La palabra común griega para carrera es  (δρομος) dromos, pero en esta ocasión el autor utiliza la palabra  Del griego (αγωνα) ágona = vocablo del cual se deriva la  palabra agonía y otras traducciones tales como conflicto, solicitud, combate y batalla. La exhortación bíblica nos enseña a que corramos carrera no cómo quién da una vuelta por la cancha o el estadio  o como quien practica un deporte, debemos correrla como si en ella  se nos fuera la vida, pues en estricto rigor no tendremos otra para correr. No habrá una segunda oportunidad ni repechaje.

1.4.- Puestos los ojos en Jesús (He 12:2) Del  griego (αφορωντες) Aphorontes que es la combinación de Apo = lejos y horao = ver. Implica la atención no dividida, es decir, alejar la mirada de toda distracción a fin de contemplar un objeto. Esto implica que Cristo debe ser el único  OBJETO Y SUJETO de nuestra Fe. En el contexto deportivo Cristo es la meta en la cual cada corredor fija su vista esperando alcanzarla. ¿Tenemos nuestra vista fija en Cristo o existen cosas que desvían nuestra visión  y nos distraen de la salvación y el propósito de Dios?

1.5.- Disciplina (He 12: 5-11) Del griego (παιδεια) Paideia = Formación dada a un niño  incluyendo la instrucción, pero también se aplica a la corrección y castigo como parte de la disciplina misma.  La palabra disciplina aparece ocho  veces en el texto, lo cual nos da un indicio de la importancia  que le asigna  el autor, para explicar la necesidad de que la disciplina  divina forme el carácter obediente de los creyentes ya que por naturaleza el  hombre  quiere  formarse y mandarse el mismo.

1.6.- Raíz de amargura (He 12:15) Del griego (ριζα) Priza =  algo oculto a la  vista natural.                Esta raíz de amargura representa metafóricamente  el espíritu y la actitud  asociados a un inmenso y profundo odio  y resentimiento.  Se puede producir por la amargura  que se origina como resultado de la disciplina de Dios en lugar de la humilde sumisión a su voluntad por parte del creyente.  No importa cuanto se amargue el hombre  o se enoje contra Dios, Él seguirá siendo DIOS de todas formas.  La amargura puede ser en contra de Dios o de otros miembros de la iglesia y tarde o temprano terminará por corroer y corromper a la persona pues la incapacita para acercarse a Dios en oración,  La amargura se extiende dentro de una comunidad como un virus y puede corromper a muchos  destruyendo la santidad sin la cual nadie verá a Dios.

1.7.- Mediador (He 12:24) Del griego (μεσιτης) Mesites = Uno que está o va  entre dos. Proviene de los vocablos mesos = medio  y eimi = ir.  Cristo va o está presente siempre entre  El Padre y nosotros, de lo contrario no podríamos  acercarnos a Dios por nuestros propios méritos. Es por esa razón que Cristo es el garante del nuevo y mejor pacto. (Hebreos 8:6; 9:15; 12:24)

El autor utiliza la figura del anfiteatro y de una carrera deportiva, dos aspectos  tan comunes en la cultura griega y que fueron muy populares en el tiempo antiguo.  De esta manera el autor realiza la comparación entre el amor y dedicación al deporte con la vida cristiana.

Cuando se refiere a la multitud de espectadores, que forman una gran nube de testigos, no se refiere al público o gente propia de las graderías de ese tiempo, sino que se refiere a los santos del antiguo testamento que observan como cada uno  corre su carrera en la vida cristiana,

El cristiano es como un atleta dentro de esta carrera u olimpiada de la vida cristiana y por lo tanto debe poner atención, identificar y despojarse de todas esas acciones o actitudes  que pueden impedir el buen desempeño durante la carrera de la Fe.

Así como el corredor se despoja de sus ropas, el creyente debe dejar atrás todo peso de pecado que lo asedie, pero así como el corredor mantiene sus pies  firmes y pegados al suelo, el creyente debe mantener su mirada fija  e intensa en Jesús. Él es nuestra meta a alcanzar, nuestro objetivo, nuestra máxima. El supremo ejemplo de cada creyente en cuanto a la perseverancia cristiana

Cristo sufrió  gran oposición de hombres pecadores, pero no importa cuánto padezcamos,  aún no hemos combatido hasta la muerte  por el evangelio como lo hicieron los primeros cristianos. Todo cristiano debe sentirse  honrado al ser disciplinado por DIOS, una vida sometida al entrenador perfecto, quien conoce mejor que ningún otro hasta dónde podemos  resistir en su entrenamiento.

 

2.- Advertencia contra el abandono de la carrera (Hebreos 12:12-17)

El autor entrega también una palabra de ánimo  y exhortación  a fin de provocar un cambio de actitud.  Tal cual  como debe hacerlo un atleta, es decir, levantar sus manos  y sus  rodillas para aumentar  su velocidad y optimizar su rendimiento, así también los cristianos  debemos levantar las manos caídas  y las rodillas paralizadas.

La importancia de las manos  y brazos en la carrera es primordial pues proveen estabilidad a todo el cuerpo a la vez que potencian el efecto  del movimiento de las piernas optimizando el gasto energético y contribuyendo a la recuperación, pues de lo contrario el corredor perdería el equilibrio y  podría caer al suelo o  fatigarse de manera extrema.

La importancia de las piernas es vital pues ellas proveen  la fuerza  y producen el desplazamiento, mediante las fases de  apoyo, empuje y recuperación. Mientras más se levanten las rodillas, mayor es la amplitud del recorrido de la pierna, con lo cual la distancia recorrida y  la recuperación aumentan y por ende la velocidad del atleta.

En términos espirituales  debemos entender que levantar las manos y las rodillas paralizadas nos insta a exaltar el nombre de Dios  y orar, pues la oración y la comunión con Dios nos proveerán una vida equilibrada y nos llenarán de paz  y refrigerio.  Un creyente que no  alaba a Dios y exalta su nombre y que no ora, será presa fácil de la fatiga, el agotamiento, el estrés, la depresión, la amargura,  el odio, el resentimiento,  el temor, la ira, etc.  Es decir una vida espiritual, sentimental y física  desequilibrada.    Un creyente que cae en ese estado de desequilibrio está expuesto a perder las bendiciones y abundancias de la gracia, cambiando la gloria y la bendición de Dios por lo humano y material, tal como lo hizo Esaú. (Génesis 25:29-34)

 

3.- Advertencias contra la apostasía (Hebreos 12:18-29)

El autor entrega una seria advertencia contra la apostasía  pues se trata de un pecado terrible e imperdonable, sólo comparable con la blasfemia contra el Espíritu Santo.  El apóstata es la persona que habiendo gustado el don de Espíritu Santo, las maravillas de  Dios,  su gracia y el perdón y la salvación  de Jesucristo, decide voluntariamente  retroceder, darle la espalda a Dios  y volver a su vida de pecado.  Se trata de un traidor  y blasfemo que se cambia al equipo contrario a sabiendas de que está abandonando al Dios de la gloria y a Jesucristo el salvador, por lo cual no le queda otra  cosa que esperar el castigo eterno  y la ira de Dios.

Cuando Moisés estuvo en el monte Sinaí y recibió las tablas de pacto,  se percibía  y vivía un ambiente de santidad sin igual, a tal punto que nadie podía acercarse a las faldas del monte y vivir, pero eso sólo era sombra y tipo de lo venidero.  Ahora fuimos acercados a las realidades eternas, las cuales son : La nueva Jerusalén o ciudad celestial, los millares de ángeles que rodean el trono de Dios, los seres vivientes, los  santos que han partido a la presencia del Señor y que nos esperan en el cielo y por supuesto , sobre todos ellos Jesucristo nuestro salvador.   Ante tan gloriosa realidad presente  y futura, como creyentes no podemos más que agradecer y gozarnos, en actitud de servicio temor y reverente, porque Dios es una realidad viva y seria y es fuego consumidor.

 

 

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