viernes, 27 de julio de 2012

Jesús: Nuestra Salvación


"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte." Romanos 8:1-2

No importa lo que hayas hecho, en Cristo no hay condenación. Él se sienta a la diestra del Padre, no como un acusador, sino como un defensor dispuesto a dar su vida por ti, pero debes ser su discípulo.

Dios comenzó el trabajo para traerte de vuelta a su presencia mucho antes de que tú nacieras. Dios sabe que no tienes la fuerza para hacer el viaje a casa por tu propia cuenta, así que mientras "éramos débiles" Cristo murió por ti. (Romanos 5:6)

Jesús nos pide que "aprendamos misericordia y no sacrificios" (Mateo 9:13). Su objetivo es traerte de vuelta a la intimidad con el Padre, pero debes esforzarte en aprender de él por medio de La Palabra de Dios, así que no te esfuerces en "saltar por aros de fuego" para demostrar que eres digno o para ganar la gracia de Dios. Solo a través de Jesus puedes hacerlo. "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6)

Imagínate a Jesús diciendo: "Estas cosas que ofreces hacer y las promesas que deseas hacer a cambio de tu perdón, son sólo ofrendas que te ayudarán a deshacerte de tu culpabilidad, pero seguirás esclavo del pecado. Prefiero darte el perdón y la gracia como un regalo !acepta a mi hijo como ese regalo!; Misericordia quiero y no estos sacrificios que te hacen poner tu esperanza de perdón en un lugar equivocado creyendo que así te amaría más. ¡Nunca he dejado de amarte!"

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" Juan 3:16

"Además, no puedes lavar todas las manchas. Así pues, deja que lo haga por ti. Mi sangre será el blanqueador para lavarte blanco como la nieve, y mi Espíritu empezará a vivir directamente en tu corazón."

Ahora envueltos en Cristo, no encontramos ninguna condena y somos capaces de acercarnos "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Hebreos 4:16.

Cuando sientes condenación que viene hacia ti como un torrente furioso, párate (y permanece) sobre la Roca, quien dijo: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más “Juan 8:11b.

jueves, 26 de julio de 2012

Jesús Adrian Romero-Vuelve a Llamar -Tiene tu Color

Redescubriendo la identidad de Jesús






“Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.” Marcos 8:29 RV

Jesús no es lo que tú piensas.
Hasta esta declaración de Pedro, los discípulos no habían captado la verdadera identidad de quien era este Jesus de Nazaret, tampoco habían entendido bien cual era su misión en la tierra.
En los días en que Jesus caminó en la tierra, muchos judíos tenían un concepto equivocado acerca del Mesías. Ellos esperaban un Mesías guerrero que liberaría a su pueblo del yugo romano. Entonces aparece este Jesus de Nazaret que no calza en ese perfil. El señor lo sabía, por eso les pregunto: ¿quién decís que soy?
Él sabia que tener una idea distorsionada de su identidad y propósito traería consigo una idea errónea del ser discípulo.
En el primer relato de el capitulo 8 de Marcos, vemos como el Señor alimenta a 5 mil hombres en el desierto con unos cuantos panes y peces, luego el Señor advierte a sus discípulos  de “cuidarse de la levadura de los fariseos” (Marco 8:15), mas estos entendieron mal y comenzaron a discutir de pan.
“Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” Marco 8:17-18 RV
Aquí parece ser, que el Señor comienza a confrontarlos con su forma poco espiritual de ver las cosas. Luego el relato continúa con la sanación en dos etapas de un hombre ciego.
Primero el hombre ciego dice ver: “hombres como arboles” (Marco 8:24), luego el señor vuelve a tocar los ojos del hombre ciego  y la biblia dice que “fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos” (Marco 8:25). En otras versiones de la Biblia dice: “y el hombre miró con atención y quedó sano. Y a todo lo veía claramente” Marco 8:25b DHH
En un sentido, vemos en Marco 8:29 que los discípulos por primera vez en su discipulado ven a Jesús como El Mesías. Es muy probable que hasta antes de eso, solo lo consideraran como un maestro, un rabí o un profeta. Pero, en sus mentes, algo no calzaba con su idea de Mesías y eso les traía conflictos internos.
“¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión” Lucas 12:51
Cuando responden: “Tú eres el Cristo”, los discípulos declaran lo que había en su corazón, pero esto aun no era suficiente para entender todo el propósito de Dios.
Siguiendo el relato en el versículo 31 vemos un giro en lo que Jesus comenzó a predicar:
“Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días” Marcos 8:31
Hasta antes de este momento, Jesús principalmente habló del Reino de los Dios, pero en este punto comenzó a declarar claramente quien era en realidad y cual era el propósito de su venida.
Con este giro, Jesús quería dejar dos cosas en claro:

1.       Él era diferente de lo que los judíos esperaban.

2.       Él venia con una misión diferente de la que ellos pensaban.

Aun en el día de hoy, muchas personas tienen ideas erróneas de Jesus y el propósito de su muerte. Muchos se acercan a la iglesia buscando un salvador (pero de las deudas), otros lo ven como maestro (de la prosperidad), otros lo ven como príncipe (de la caridad) o salvador (de los pobres). Son pocos los que los buscan para que los libere de las cadenas del pecado
Hay montones de religiones (e iglesias cristianas también) que predican a estos cristos y no a Jesús crucificado.
Probablemente lo más impactante para los discípulos fue escuchar “que le era necesario morir”. Nada en todo el tiempo junto a Jesus los preparó para escuchar esas palabras. Podemos ver el golpe que esa declaración provocó en Pedro:
“Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle (reprenderle). Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” Marcos 8: 31-32.
Al parecer nadie escucho que juntamente con morir, Jesus iba a resucitar al tercer día. Era entendible que costara creer que “El Cristo” pudiera morir y mas aun de la forma en que Jesus lo describió.
¿Has logrado entender de verdad cual es el costo de seguir a Jesús?

La Palabra de Dios dice claramente que la salvación no es por obra, sino por gracia, pero ¿que dice acerca de seguir a Jesus?
“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” Marcos 8:34-35

Alguna vez te has preguntado, porqué el Señor Jesús dijo: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mateo 7:14.
A la luz de lo aprendido en este estudio vemos a que se refería.

Y vosotros, ¿quién decís que es Jesús?

Por Andres Contardo N.

miércoles, 25 de julio de 2012

La base del discernimiento

" Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta"
Hebreos 4:12-13

Puesto que el discernimiento espiritual es la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios, es necesario que sepamos cómo piensa y actúa. La Biblia es la revelación inmutable e infalible de sí mismo. Sin embargo, Dios no nos da simplemente una lista de verdades acerca de su carácter y de sus caminos. En cada página de la Biblia, Dios revela quién es Él y cómo trabaja.

Aunque la Biblia es antigua, no es anticuada. Es un libro vivo y renovador que le habla directamente a usted. Sus historias pueden haber tenido lugar hace siglos, pero sus principios y aplicaciones tienen vigencia y relevancia. Es nuestro manual de aprendizaje de cómo vivir, en el cual se encuentra la guía para tomar decisiones.

La Sagrada Escritura es activa y penetrante; sus palabras no son letra muerta en un papel. Ellas penetran nuestros corazones y juzgan nuestros pensamientos y motivaciones. Esta cualidad condenatoria es la razón por la que a algunas personas no les gusta leer la Biblia. Pero el discernimiento es esencial si no queremos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Algunos cristianos viven a un nivel superficial, sin comprender nunca por qué reaccionan a situaciones de la manera que lo hacen. Pero si abordamos la Palabra de Dios con un espíritu abierto, ella arrojará luz sobre nuestros motivos ocultos, y revelará pecados ignorados.
El discernimiento espiritual implica ver no solo nuestras circunstancias, sino también vernos a nosotros mismos desde la perspectiva de Dios. ¿Ha aprendido usted a aceptar la espada penetrante de la Biblia? Recuerde que la Palabra de Dios corta solamente para poder curar.

martes, 24 de julio de 2012

El discernimiento espiritual

"Hijo mío, si recibieres mis palabras,
Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
Si inclinares tu corazón a la prudencia,
Si clamares a la inteligencia,
Y a la prudencia dieres tu voz;
Si como a la plata la buscares,
Y la escudriñares como a tesoros,
Entonces entenderás el temor de Jehová,
Y hallarás el conocimiento de Dios.
  Porque Jehová da la sabiduría,
Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia"
Proverbios 2:1-6
En algún momento, todos nos hemos sentido confundidos, indecisos o desorientados. Podemos vivir victoriosa y confiadamente solo cuando tenemos la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios. Necesitamos su ayuda para poder distinguir entre el bien y el mal, lo bueno y lo mejor, y la verdad y el error.

Cada día tomamos muchas decisiones, algunas triviales y otras importantes. El Señor no quiere que nos formemos juicios basándonos en simples apariencias o en el limitado razonamiento humano. Dios desea que veamos la realidad de cada situación tal como Él la ve. También podemos confiarle al Señor nuestras relaciones. Puesto que Él conoce el corazón de cada persona, la única manera que tenemos de relacionarnos sabiamente con otros es siendo sensibles a la dirección del Espíritu Santo que mora en nosotros.

Aunque Dios da a cada uno de sus hijos la capacidad de tener discernimiento espiritual, muchos cristianos ignoran esto. Se mueven a ciegas por la vida haciendo lo mejor que pueden, pero no utilizan esta maravillosa ayuda. Otros no creen que la necesitan. Toman decisiones de acuerdo con su propio saber y entender, sin pensar para nada en el Señor. A menos que cooperemos con Dios en cuanto al desarrollo de su maravilloso regalo del discernimiento, éste se mantendrá inactivo en nosotros.
El discernimiento comienza con una actitud dócil y humilde. Si usted ha estado manejando sus decisiones, situaciones y relaciones usando su propio razonamiento, arrepiéntase de esto ante Dios; pídale su perspectiva, y busque dirección en su Palabra.

lunes, 23 de julio de 2012

La amistad: Ayuda para la santidad



"Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer"
Juan 15: 12-15
 

Cuando Dios creó todo, solo una cosa no tuvo su aprobación. Miró a Adán, quien era el único ser en su clase, y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2.18). El Señor creó a las personas para que tuvieran compañerismo emocional, mental y físico, de modo que pudieran compartir su ser más íntimo unas con otras.

Jesús explicó esto a sus discípulos, diciéndoles que debían amarse unos a otros tal como Él los había amado. En una amistad que honra a Dios, dos personas se edifican mutuamente y se animan una a otra a tener un carácter como el de Cristo. Sin embargo, muchas no logran entablar y mantener relaciones que estimulen su fe (Pr 27.17). Lo que hacen es hablar trivialidades propias de simples conocidos: el clima y los asuntos mundiales. Lamentablemente, también los creyentes rehúyen la conversación profunda en cuanto al pecado, la conducta transparente y la vida de acuerdo con los parámetros bíblicos, que servirían para enriquecer su fe.

Las relaciones sólidas comienzan cuando deciden arriesgar su orgullo y su comodidad para amar de la manera que lo hace el Señor Jesús. Reconocen que los amigos deben motivarse unos a otros para tener más santidad. En la amistad que hay confianza y humildad, dos personas se confiesan sus faltas, se amonestan gentilmente y comparten sus cargas.
Las murallas que levantamos para mantener alejadas a las personas, también las usamos para apartar a Dios de nuestros asuntos. En la medida que aprendemos a compartir con franqueza nuestros asuntos con un hermano en Cristo, desarrollamos la capacidad de ser más sinceros con Dios.

domingo, 22 de julio de 2012

La necesidad de los amigos

"Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio" 2 Timoteo 4:9-11

La independencia es una cualidad muy apreciada en nuestra cultura, pero bíblicamente no es una buena meta. En ninguna parte de la Biblia encontrará usted la cita errónea: “Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos”. El mismo hecho de que el Señor constituyó a la iglesia —una comunidad de creyentes— debe decirnos que Él no creó a las personas para que vivan aisladas.

Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, el Espíritu Santo mora en nosotros para que podamos tener una relación gozosa con el Señor y compañerismo unos con otros. En el plan de Dios, una amistad bíblica, estrecha y fiel entre dos creyentes sirve para edificarlos mutuamente a semejanza de Cristo. Miremos a cualquiera de los santos de las Sagrada Escrituras, y encontraremos evidencias de la dependencia de un buen amigo que le sirvió de apoyo. Pablo, en particular, hablaba con toda confianza y a menudo de sus queridos amigos, y animaba a otros a tener también buenas amistades (2 Ti 2.22).

Es interesante el hecho de que nuestra cultura parece dirigirse en la dirección contraria. Cuando más se aleja nuestra nación de Dios, más generalizada se vuelve nuestra actitud de autosuficiencia. Los vecinos se tratan entre sí con desconfianza, y esa actitud también ha invadido a la iglesia. Nos hemos vuelto renuentes en dar a otros, lo que, a su vez, nos hace renuentes a recibir.
La Biblia nos dice que nos amenos unos a otros, que compartamos las cargas de nuestros hermanos, y que nos confesemos nuestras ofensas mutuamente (Jn 13.34; Gá 6.2; Stg 5.16). Así es como los miembros de la iglesia pueden estimularse unos a otros para ser más semejantes a Cristo.

jueves, 19 de julio de 2012

Redescubriendo el poder de las Escrituras

“y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:15 RV
Solamente a través de las Escrituras podemos ser salvos, nadie más tiene ese poder.

En la actualidad los cristianos hemos reducido el evangelio a unas cuantas leyes espirituales. Le preguntamos a alguien si quiere ser salvo, le hacemos la confesión de fe y creemos que eso es suficiente.
Claramente, predicamos un evangelio que no conocemos y a un dios que no es el de la Biblia. Creemos que tenemos la verdad y nos enorgullecemos de ello.

“Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” Jeremías 9:24 RV

Hemos aprendido muy bien como parecer cristianos; decimos hermano, amen y aleluya, conocemos las canciones, asistimos a la iglesia. Tenemos apariencia de piedad (fe) Conocemos de memoria un sinfín de versículos y citas bíblicas, pero muchos de los jóvenes que asisten a esta iglesia NO conocen al Dios que adoran.
Yo mismo aun no me jacto de ello.

Muchos creen en la inspiración divina de la Biblia, pero no creen en su poder y suficiencia. No creen, porque NUNCA han visto ese poder obrar en sus vidas. Conocen historias de su poder, pero nunca lo han experimentado realmente. Para muchos de ellos es un cuento, una fabula. Hoy se estudia en forma liviana la Palabra de Dios, NO hay temor.

Creemos en un dios domesticado, sin poder, un dios para el hombre.

¿Para quién fue creado el hombre?

Debido a que no se estudia correctamente la Biblia, la vida de los cristianos carece de: Poder, Autoridad, Dominio, Potestad, Supremacía, Señorío, Fuerza, Vigor y Energía.
Necesitamos volver al PODEROSO Evangelio de Jesucristo.

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” Romanos 1:16 RV

El evangelio de la cruz es poder de Dios (1 Corintios 1:18) para los que creen, para los que tienen fe, para los que se salvan.

Poder: Facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar una cosa.

Claramente este no parece ser el evangelio que la mayoría de los cristianos vive y predica ¿verdad? ¿Por qué?
Porque no hay conocimiento de la Verdad.
La gente estudia sin fe la palabra, y no cree porque no ha visto su poder. No conocen a Dios. Se han creado un dios personal, un Jesús conforme a sus semejanzas.

“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí” Éxodo 20: 2-3

Y si no hay conocimiento del poder de Dios, tampoco hay temor de Dios. Muchos viven una vida cristiana sin temor, sin creer en la Palabra.

“Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” 1 Corintios 2 3-5 RV

Debemos volver a estudiar la palabra con mucho temor y temblor, sabiendo que daremos cuentas delante de Dios de lo que hicimos con su palabra porque esa es su voluntad.

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” 2 Timoteo 4: 1-2 RV

Sabemos que angosto es el camino que lleva a la vida y son pocos los que lo hallan.

miércoles, 18 de julio de 2012

Cómo volver al buen camino

"Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén" 2 Pedro 3 17-18
No importa qué tan apartado haya estado usted de Dios, siempre será recibido con los brazos abiertos por Él. Esa es la enseñanza de la parábola del Señor Jesús sobre el hijo pródigo —el joven insensato que siguió el camino del placer que lo llevó a la ruina, y que luego volvió a su padre y encontró redención (Lc 5.11-32). Es posible que a usted no le haya llegado la ruina todavía, pero sabe que su corazón se ha enfriado a las cosas de Dios. Cualquiera que sea la historia de su alejamiento, que hoy sea el día en que decida volver al Señor. Como sucede con cualquier pecado, lo primero que tiene que hacer para volver al buen camino es reconocer que se ha alejado del Señor. Luego, confiéselo y arrepiéntase, que es como dirigir el bote en la dirección contraria, y remar con todas las fuerzas hacia Dios. Si se está preguntando cómo hacerlo, le sugiero una estrategia que yo utilizo cada mañana. Antes de salir de la cama, le digo a Dios mentalmente: Te entrego todo este día de mi vida. Cuando surge algo contrario al plan de Dios, y pienso en seguirlo, el Espíritu Santo me recuerda que no me pertenezco a mí mismo. Solo sigo la voluntad de Dios. Cada día elegimos si remaremos o si seremos arrastrados por la corriente. En cuanto a mí, elijo buscar a Dios. Pedro nos advierte que estemos en guardia contra actitudes e ideologías que puedan alejarnos de la verdad (2 P 3.17). Decida remar hacia el Señor meditando en la Palabra, orando y viviendo en obediencia. Practicar las disciplinas espirituales hace que nuestro corazón se mantenga ferviente hacia Dios.